miércoles, 11 de noviembre de 2009

Retener el talento

El pasado domingo se publicó, en un diario de cobertura nacional española (mejor especificar, un artículo acerca del trabajo free-lance. El artículo no es demasiado profundo, aunque aborda una cuestión clave para la evolución positiva de nuestro mercado laboral.
Para los no iniciados, minoría respetable, comentarles que un profesional free-lance es una persona que desarrolla un trabajo para una empresa u organización pero su relación contractual no incluye su incorporación en plantilla. Es decir, se presta un servicio concreto y se emite una factura por el mismo. Las ventajas de este sistema son grandes, los inconvenientes pueden quedar reducidos a anécdota si ambas partes anteponen los valores a la norma.
Un ejemplo ilustrativo lo podemos ver en mi profesión. Muchas empresas pequeñas no tienen recursos ni contenidos para incorporar en plantilla un Director de Comunicación; al contratar un free-lance se benefician de la labor de un profesional a un coste perfectamente asumible.
No hace falta enumerar la cantidad de servicios imprescindibles para la empresa moderna que se pueden obtener con esta fórmula.
Y hablaba de inconvenientes. Si se es realmente un profesional, ni que decir tiene que la integración en la empresa es total, el compromiso es máximo, la asunción de los valores de la organización también lo es, el respeto a la jerarquía, el obligado consenso, la trasmisión de información, la focalización de objetivos. Incluso en puestos directivos. En definitiva, no debe haber diferencias con otros trabajadores, unicamente la hay en la relación contractual. Poca cosa para tan abrumadoras ventajas.
No solamente se trata de dinamizar el anquilosado sistema laboral español, se trata de retener el talento, del que estamos muy necesitados. Labor de unos y otros.

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