sábado, 27 de marzo de 2010

Sorteo mortal

En el pequeño pueblo de Carrascosa del Montebajo están preocupados. El buitre negro, presente en el entorno durante cientos de años, está desapareciendo de nuevo. Y digo de nuevo porque hubo un tiempo en el que estuvo a punto de desaparecer, se salvó con esfuerzo, dedicación y recursos, y llegó a haber más de 3000 parejas. Ahora vuelve a estar amenazado. No hay comida en el campo desde que escasea la carroña y el pobre animal se las ve y se las desea para alimentarse.
El pueblo no es un lugar próspero. Los 63 habitantes del censo actual malviven de la agricultura y la ganadería, y el ayuntamiento no tiene prácticamente ingresos. Eso no impide que se plantee, en pleno municipal, cómo ayudar al buitre negro en su carrera hacia conservación.
Después de contemplar varias opciones, se decide por amplia mayoría realizar un sorteo entre los vecinos de forma que cinco de ellos pasen a ser alimento de tan valorada especie.
Los cinco afortunados son: Fulgencio Notarios, Cornejo García, María Fernanda Fontaneta, Grabiel Barca y Nicol Petrescu, un ciudadano rumano que había llegado seis meses antes al pueblo en busca de trabajo y una vida mejor.
Llega el momento del sacrificio y nadie quiere ser el primero de la lista, por lo que se decide que el orden alfabético es lo más justo. Como no habla español y, por tanto, no se entera de nada, ponen primero a Nicol, cuyo turno era el último. Así es la vida.
Al conocer el hecho las autoridades estatales, alarmadas por lo ocurrido, ordenan paralizar los sacrificios y asignan recursos para la conservación del buitre negro.
El sacrificio no ha sido en vano y el recuerdo de Nicol perdurará mucho tiempo en el pueblo.

Para no olvidarlo

"Lo de UM no es clientelismo, son relaciones sociales en una isla pequeña"
¿Es posible mayor descaro?
(Y eso que prometí que la política no entraría en este blog)

viernes, 19 de marzo de 2010

La Comisión

Definitivamente, la pista nº 2 del club de tenis ha quedado inservible. Ha aparecido una grieta de un palmo de ancha, producida por un movimiento de tierra, que divide la pista de cemento en dos mitades.
Pasados unos días, en vista de que la tierra no se movía hacia el otro lado y solucionaba el problema, se convoca Junta Extraordinaria para crear una Comisión que analice el problema y proponga solución. Se concluye que ésta debe reunirse con carácter de urgencia pero entre las vacaciones de verano y la predisposición patria a alargarlas antes y después con actitud parsimoniosa, finales de septiembre fue la fecha escogida.
En su primera reunión, la Comisión, con acierto, decide solicitar informes jurídicos, financieros, deportivos y medioambientales. Se nombra una sub-comisión para realizar el seguimiento de cada uno de los informes. El coste de tanto informe es alto pero, ¡habrá que arreglar la pista!
Cada sub-comisión debe entregar sus conclusiones con carácter de urgencia -me suena- pero -siempre hay un pero como siempre hay un porqué- llega la Navidad y su antes y su después y se retrasa la entrega.
El informe deportivo aconseja un tipo de pista que el informe financiero descarta y el jurídico duda de la legalidad de la obra por el entramado de normas a cumplir. El informe medioambiental se opone a todo.
Ante el panorama, se decide realizar un plebiscito con todos los socios como partícipes. ¿Ahora?
Hoy, 19 de marzo de 2010 hemos jugado por primera vez en la renovada pista nº2. Ha quedado muy bien, incluso han cambiado el botijo, que tenía el asa rota.
El movimiento de tierra se produjo el pasado 16 de junio de 2009.

Progresión regresiva

Si un demente hace astillas un piano y las lleva orgulloso a la cocina del manicomio, nadie calificará su acto como producción de combustible, ni como un ingreso en la economía del establecimiento.
La actuación económica del hombre se estima como un proceso irreversible que aumenta la entropía. Contra inercia diligencia. Poner orden es lo más importante.

lunes, 1 de marzo de 2010

Competitividad española

Acostumbro a pasear en bicicleta por el carril-bici de la bahía de Palma de Mallorca. Es un recorrido vistoso, alegre y entretenido. El mar, la luz y los barcos a un lado; edificios y monumentos a otro. La brisa marina acariciando la piel y el sol tostándola. Cuando hay sol. Los fines de semana se abarrota de gente de toda condición, envergadura y color practicando deporte, un poco saturado e incómodo.
Entre semana encuentras especimenes de carácter casi profesional con poderosos muslos, como los de las folclóricas. A los alemanes, sobre todo, se les distingue por su completo equipamiento. Casco, maillot colorista, culotte, zapatillas con anclaje, bicicleta ultra ligera, luz delante y detrás, etcétera. Todo de la máxima calidad y prestaciones.
Yo, que siempre he sido un poco primitivo, además de pobre, pedaleo con “lo puesto”. Velocípedo modelo Carrefour’09, camiseta holgada, pantalones sencillos y zapatillas de ir al gym o de hacer footing, multiuso.
A mi ritmo, a veces me adelanta orgulloso un teutón con todo su aparejo pensándome presa fácil de su apetito deportivo.
En ese momento, con un esforzado golpe de pedal, me sitúo detrás de él, a distancia suficiente para que no me huela. Le dejo saborear la victoria durante unos minutos y, en un demarraje propio de Perico Delgado, le doy una pasada por la izquierda sin tiempo para reaccionar.
Como la meta la pongo yo de forma imaginaria, antes de que me alcance de nuevo, doy por finalizada la carrera.
¿Quién dice que los españoles no somos competitivos?

Traumatizado yo?

Lunes antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que lavar.
Así lavaba, así, así, …así lavaba que yo la vi.
Martes antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que tender.
Así tendía, así, así, …así tendía que yo la vi.
Miércoles antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que coser.
Así cosía, así, así,….así cosía que yo la vi.
Jueves antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que planchar.
Así planchaba, así, así, ….así planchaba que yo la vi.
Viernes antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que barrer.
Así barría, así, así,….así barría que yo la vi.
Sábado antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que cocinar.
Así cocinaba, así, así,…..así cocinaba que yo la vi.
Domingo antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que rezar.
Así rezaba, así, así,….así rezaba que yo la vi.


Si después de esto, y habiendo visto al conejo Bugs Bunny todo el día con la zanahoria en la boca y con actitud amanerada, no estamos traumatizados es por puro milagro.
¿O es que lo estamos y no nos damos cuenta?