sábado, 7 de mayo de 2011

Marketing grosero (perdón por la redundancia)


En el fondo lo ha sido siempre. Pero últimamente parece que se manifiesta con más virulencia que nunca. Debe ser que, como consumidores, estamos bastante aletargados por los aromas del exceso, por el cloroformo de la abundancia.
Hace un tiempo llegué a un acuerdo con una conocida empresa, de las nombradas gran superficie (ya lo he dicho en otras ocasiones, eufemismo despiadado), de la cual, para no perjudicarla, no diré su nombre. Sólo una pista, no es Alcampo, es la otra. Pues bien, el acuerdo consistía en aceptar una tarjeta que recogía información de mis compras a cambio de una serie de regalos y descuentos. La carne es débil y acepté.
No me hace mucha gracia que sepan lo que como, seguro que terminan sabiendo lo que cago, pensé. Aún así, acabé rendido a la oferta de 1/2 pollo con su correspondiente media cabeza -para caldo- por 3€, y encima me regalan una cocacola de litro. No bebo cocacola, pero como pollo.
Un buen día, así de sopetón, me dan unos vales descuento. Champú un 30% rebajado, agua 4+1, bote de lentejas Litoral, pague 15 y llévese 20, todo para la próxima compra. Qué listos! Acudí al libro de matemáticas de 1º de bup y certifiqué que la cosa salía a cuenta.
Llegó el día esperado, me voy a poner de lentejas como "el tenazas". Al final cambio de opinión y me decanto por el champú. Ante todo, higiene personal. Me dirijo a la estantería con el ticket en la mano -bote de 600 ml- y veo de 500 y de 250ml. No existe ese tamaño. Es que tal, es que cual, es que el programa informático. Un día los ordenadores hablarán y la joderemos.
Bueeeeeno, pues cojo el agua. Ante todo hidratación (cambio de opinión ante la fatalidad). Y en la estantería del agua no quedaba de esa marca ofertada. Indignación contenida.
Tenía dos opciones, o irme con 20 latas de lentejas o reclamar. Como soy de los que eluden el conflicto reclamé. Casi un año después todavía estoy esperando respuesta.
He decidido no volver más a ese establecimiento. Ni oficina del consumidor ni ostias. No volver.
Desconozco si me echan de menos, o si he abierto un agujero en su cuenta de resultados. Estoy satisfecho y la vida sigue sin ellos.
¿Os dice algo todo esto?

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